Con pocos desarrolladores argentinos en primero fila, hace pocos días se llevó a cabo el GRI Real Estate en Nueva York. El evento que reunió a más de 350 personas fue epicentro de encuentro de los empresarios del sector con los fondos de inversión más importantes del mundo.

Si bien la sensación generalizada es que, de a poco, los inversores globales comienzan a mirar al ladrillo local, las declaraciones de Sam Zell, el hombre que fundó Equity International -un fondo especializado en activos inmobiliarios de riesgo- descolocó al público. "Invertir en la Argentina es tan peligroso como enamorarse perdidamente de una chica linda. Podés salir muy lastimado si te equivocas", fue contundente el ejecutivo que tiene US$65.000 millones invertidos en activos inmobiliarios en todo el planeta, US$5000 millones en la región y US$400 millones en la Argentina.

Equity International es uno de los jugadores que se asoció con Pegasus para la formación de ARG Realty Group (ARG), la desarrolladora que apostará al negocio de oficinas y centros comerciales en el país. Zell confesó que el triunfo de Cambiemos en las elecciones del año pasado fue determinante para apostar en los ladrillos locales, aunque puso reparos en las tareas pendientes: "falta seguridad jurídica, hay que disminuir la presión impositiva y lograr un mercado más predecible", coincidió con el speach que tienen los desarrolladores locales.

"Aún tenemos el desafío de demostrarle al mundo la continuidad del sistema en el tiempo. La historia nos condena. Los periodos en lo que la Argentina fue estable no superaron los cinco años", resumió uno de los empresarios locales presente en el evento quien de todas formas es optimista respecto al futuro. "Estamos en el camino correcto pero es clave ser pacientes y consistentes", finalizó.

Fuente La Nación.